El 11-D contra Peter Lim y el Nuevo Estadio: la historia nos observa
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El 11-D contra Peter Lim y el Nuevo Estadio: la historia observa al Valencia CF y a su afición. Lo que ahora hagamos tendrá su eco en la eternidad.
Dice la RAE que dignidad, el lema de la manifestación contra Peter Lim es la «cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden». Y, en efecto, nada ni nadie tiene el derecho del mundo en faltarle el respeto al Valencia CF y a sus aficionados que estallaron de hartazgo este sábado dando además de una lección de dignidad, una de civismo. 15.000 personas (según la policía) cambiaron la comodidad de lo cotidiano por salir a la calle a protestar y eso, a los que somos poco dado a movernos si no nos persiguen, es digno de admirar. En el fondo da igual que sean mi que cien mil.
La marcha dejó imágenes y vídeos para el recuerdo. Seguro que el 11-D queda marcado en la retina colectiva, especialmente en la de los más jóvenes, sobre todo porque los que tenemos el culo pelao hemos, por suerte, acumulado en nuestro cerebro otros miles de momentos maravillosos con este Valencia.
Que la situación actual precisa un cambio es evidente y que quedándose en casa eso no va a suceder, también. El día, dicho está, queda guardado para la historia. Es el primer paso. Ansío ver cuál es el segundo en otros ámbitos incluso (juzgados, accionarialmente, etc…). Ansío que tras la protesta lleguen soluciones. La calle y la grada son un clamor de sentimiento y desafección, es evidente y más ahora tras dos años trágicos del Valencia CF en lo deportivo y gestos que sonrojan al más pintado. Pero, como decía mi abuela, de aquellos barros estos lodos.
Que la situación actual precisa un cambio es evidente y que quedándose en casa eso no va a suceder, también. La calle ha hablado: Peter Lim o se va, o cambia o hace algo pero así no se puede seguir
Y es que, cuando vivo cosas como las de este sábado, no puedo evitar repasar mentalmente los momentos, las decisiones y las personas que han llevado al Valencia CF hasta aquí. Como todo está todo tan polarizado, si te paras en uno parece que quieras defender al que le siguió y al revés.
El valencianismo ha estado desde siempre lleno de frentes, de ahí que la unión vivida el sábado sea, desde mi punto de vista, lo más loable. Dicho esto, desde que tengo uso de razón este club es un desastre económico, con serios problemas de desafección social contra presidentes varios y al que muchos han llegado para servirse, para utilizarlo como trampolín, no para servirlo. Muchos de los que ahora han salido a la palestra tienen y tenemos pasado (y derecho a rectificar por supuesto) pero también están y estamos obligados primero a hacérnoslo mirar, a empezar por la autocrítica.
Creo que es la obligación de los que somos más mayores, aportar nuestra sapiencia para que los más jóvenes no repitan los errores del pasado. Me pongo el primero de la fila, pero no me refiero solo a los que echaron a Tuzón, elevaron a Roig, no dejaron hablar a Ortí tras ganar LaLiga, a los que no arrimaron el hombro cuando las ampliaciones de capital; y luego vendieron a precio de oro sus acciones; a aquellos que lo tenían «tot embastat«; a los que pensaban más en el banco que en el césped o a los que encantaron a la afición y facilitaron la llegada de Peter Lim y Meriton porque el club ya estaba en causa de disolución. Todo esto escrito, por supuesto, sin dudar que la época de Peter Lim al frente del Valencia CF es la peor que un servidor ha conocido como aficionado o periodista. Sobre todo, porque, y aquí entra en juego la psicología, esperábamos tanto y ha llegado tan poco que la frustración, la rabia y la decepción duelen más que el golpe.
Por eso la manifestación del 11-D contra Peter Lim es un día para la historia y lo será aún más si sirve para que el valencianismo, unido como ha demostrado, reflexiona de lo que le ha llevado hasta aquí y sobre cuál debe ser el siguiente paso si quiere recuperar el club sin forofismos o romanticismos. Sería, además, la releche, si el grito social sirviera también para que el propio Peter Lim y sus representantes hicieran un acto de contrición, reflexionaran, pidieran perdón y se mostraran dispuestos al cambio. Pero, por desgracia, no les veo en ese camino y al máximo accionista tampoco con la idea de vender e irse. El primer paso está dado, ¿cuál es el siguiente? Esa es la duda que me atosiga.
La manifestación ha ocultado la firma del fondo CVC y la petición a Ximo Puig para reunirse (puede que sea ya esta misma semana) para reactivar el Nuevo Estadio. Para mí lo que sucedió el viernes también es histórico. Desde luego depender del dinero de LaLiga no es el broche que uno hubiera deseado pero, tras 12 años de ignominia y 6 presidentes, ya va siendo hora de que alguien lo acabe. Si es Lim con el dinero del fondo CVC, pues bienvenido. Mejor eso que nada ¿no? Es como lo de salir a la calle. Mejor eso que nada.
Desde esta tribuna, como siempre hice en las últimas dos décadas, observaré vigilante hacia dónde va el Valencia CF, que este sábado me reafirmó que nunca va a desaparecer porque su corazón, su afición sigue latiendo con la misma fuerza que hace 102 años y que, desde este viernes, tengo claro que terminará estrenando un estadio nuevo cuando sinceramente llegué a dudarlo. Eso sí, el romanticismo no puede cegarnos tampoco, como decía mi querido Juan Martín Queralt estos días. Tras la fiesta de la democracia y las buenas intenciones con el campo, ahora quiero soluciones y datos concretos. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia